El atramuz es una planta leguminosa nueva y antigua a la vez. Se tienen noticias de su cultivo en torno a 2000 años Antes de Cristo. Por aquel entonces, las semillas eran hervidas y remojadas en las corrientes de los ríos o arroyos para extraerles el amargor toxico que tienen.
Varias han sido las especies de altramuces que han formado parte desde hace años de la agricultura tradicional de algunas regiones españolas como abono verde y en menor proporción como cultivo de grano. Las de mayor interés eran las del área mediterránea:
- Lupino blanco: Es el mas extendido. Hace años se empleaba para la alimentación de los cerdos de montanera.
- Hoja estrecha y flores azules: Abundante como planta espontánea en la España ácida, posee una gran plasticidad y adaptación a diferentes tipos de suelo.
- Lupino amarillo: Posee un alto contenido proteico.
- Endemismo Peninsular: Planta extremadamente rustica que vegeta bien sobre suelos esqueléticos y degradados.
En cuanto al cultivo, era una gran alternativa del secano del oeste español, con grandes posibilidades de contribuir al abastecimiento proteico nacional mediante la producción de grano y de forraje. Las mayores necesidades de agua en el cultivo de este ejemplar se presentan en la floración. Es por ello que si en primavera hay mucha humedad y las temperaturas no son altas se puede conseguir una mayor altura de la planta y por lo tanto una mayor cosecha
Las cualidades del atramuz ya mencionadas como productor de proteínas, mejorante del suelo y amplia adaptabilidad a distintos tipos de suelos, hacen de este cultivo uno de los de mayor interés para nuestro país y para la agricultura del oeste español. La dependencia exterior en proteínas es un tema de gran trascendencia, no solamente económica, sino también política, que hay que tratar de disminuir. Es por ello, que hace ya más de 25 años que esta especie se empezó a extender llegando a alcanzar un 25% de las superficies de barbechos existentes. Todo ello lo ha vivido la empresa Saladitos, con más de treinta años de historia, consiguiendo no perder este tradicional producto que nos brinda nuestra tierra.